Mi paso por el CEIP Santo Cristo de Urda

Era el mes de agosto cuando en la asignación definitiva de verano me confirmaban, por parte de la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha, que se me había asignado una vacante a tiempo parcial de la especialidad de Pedagogía Terapéutica, en la localidad de Urda (Toledo), por lo que el 1 de septiembre comencé mi primera experiencia como maestro por Castilla-La Mancha y era la primera vez que se me asignaba en el verano una vacante para todo el curso escolar, conociendo de esta manera cuál iba a ser mi destino con más tiempo de antelación que en anteriores cursos.

Mentiría a mis lectores en esta entrada de mi blog sobre mi paso por este cole si os dijera que he disfrutado tanto como había disfrutado en el pasado en los colegios por los que había estado anteriormente en la Comunidad de Madrid o que se me ha pasado el curso "volado" y esto creo que ha sido así por diferentes motivos, ya sea por mi nueva función a desempeñar y no haber trabajado anteriormente como PT, por echar de menos el hecho de estar de tutor y estar al frente de un grupo de alumnos/as de referencia, por estar a media jornada y no estar toda la semana en el colegio o por la falta de organización en algunas situaciones vividas a lo largo del curso en el colegio por diversas circunstancias.

Por otra parte, considero que de cada experiencia que vivimos tanto a nivel personal, académico o laboral, tenemos que sacar siempre una serie de aspectos positivos de la misma, por difícil que nos haya parecido esta experiencia en determinados momentos y de esta manera, aprender para el futuro. Por lo tanto, creo que mi paso por este cole me ha servido para lo siguiente:

-Para mejorar como maestro, viendo la importante labor que hacen los especialistas de Pedagogía Terapéutica o de Audición y Lenguaje y la gran labor que realizan estos maestros/as en los colegios y lo poco reconocida que es a veces su labor.

-Para tener más paciencia, valorando cada pequeño paso o logro conseguido por un alumno/a,  por pequeño que haya sido.

-Para conocer a diez alumnos/as de diferentes edades, ya que este año he trabajado con alumnos de Educación Infantil (3 y 4 años), 2º de Educación Primaria, 3º de Educación Primaria y 4º de Educación Primaria, a los que hemos intentado darles aquello que cada uno de ellos necesitaba, consiguiendo poquito a poco pequeños avances en su aprendizaje.

-Para tener una experiencia como maestro de Educación Especial y trabajar con alumnos/as con diferentes dificultades o trastornos, valorar sus pequeños avances, lo gratificante que es conseguir una pequeña mirada o una pequeña sonrisa en ellos o el poder de la palabra abrazo o un pequeño beso.

-Para convertirnos en músicos, llenar tu aula de instrumentos musicales, aprenderte decenas de canciones y conseguir ganarte el cariño de una niña con síndrome de Down, que te abraza o te araña a partes iguales,  pero a la que le he cogido un cariño muy especial y a la que echaremos de menos, al igual que al resto de alumnos y alumnas con las que he trabajado en este año.

-Para estar cerca de casa, disfrutar del tiempo libre con los míos y poder compatibilizar también gracias a la media jornada de este año, el trabajo en el cole con la realización de un máster universitario.

-Para reforzarme en mi idea de que debemos de entender la diversidad en el aula como un valor enriquecedor, a pesar de lo solos y abandonados que nos sentimos a veces por parte de las administraciones educativas o de la escasez de recursos de los que disponemos muchas veces (tanto de recursos personales como de recursos materiales en los centros), por lo que debemos de luchar como maestros y maestras día tras día para que desde una educación pública en la que creo firmemente, todos/as tengan cabida. Considero que cada niño/a tiene diferentes capacidades, dificultades, emociones  o sueños a los que tenemos que responder y desde nuestra posición y trabajo diario, podemos conseguir que cada alumno o alumna dé lo mejor de sí, si les ofrecemos las herramientas necesarias que cada uno/a necesita.




Dicho esto, me gustaría darles las gracias a aquellos/as compañeros/as con los que más he coincidido y compartido charlas y momentos durante este curso y especialmente a mi compañera de AL y paisana Gloria, que aparte de ser una gran profesional como maestra, se ha convertido este año en una gran conductora y a la que le deseo mucha suerte en su nuevo proyecto de conductora de rally, después de la pericia demostrada este año por las carreteras comarcales de nuestra región, esquivando cientos de ovejas, adelantando camiones o peregrinos rumbo a Urda, conduciendo sobre todo en situaciones donde las condiciones meteorológicas eran adversas (la lluvia, nieve o granizo no han sido impedimento para llegar a nuestro lugar de trabajo con mi compañera al volante). ¡Que vaya fenomenal en tu nuevo proyecto! (es broma compi, sólo quería terminar esta entrada con este toque de humor).

Sin más, termino esta entrada y ahora es momento de descansar, disfrutar del verano, recargar pilas de este curso intenso y ver qué nos deparará el futuro y dónde estaremos el próximo curso trabajando como maestro, esta profesión tan bonita de la que nunca dejas de aprender y por la que merece la pena luchar e ilusionarse cada día. Tengo el convencimiento y es un pensamiento que suelo tener siempre, de que lo mejor, siempre está por llegar.




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