¡SÁHARA LIBRE!

Esta Semana Santa ha sido de nuevo una semana diferente y hemos vuelto a ir por tercera vez a los campamentos de refugiados saharauis en Tindouf (Argelia). Unos campamentos de refugiados saharauis que conocí en el año 2012 para realizar prácticas como maestro en los colegios (madrasas) de la zona con el programa educativo que realiza cada año la Facultad de Educación de Ciudad Real y que cuenta con el apoyo  de la Diputación Provincial de Ciudad Real y del Ministerio de Educación Saharaui.

Quien me conoce sabe que fue una experiencia de las que te marca, de las que te enseña y de las que te aporta una serie de valores y de enseñanzas que creo que los que hemos vivido dicha experiencia te acompañan el resto de tu vida.

Acompañado de mi pareja (que viajaba allí por primera vez) hemos vuelto a visitar a la familia saharaui de Amgala con la que conviví en el 2012 y a la que visité por última vez en el año 2016 y ha comprobado por ella misma todo lo que le he contado, porque no es lo mismo contarlo que vivirlo y comprobar de primera mano todo lo que allí acontece. También hemos coincidido con Elena,  una maestra de Agudo, con la que ha sido un placer habernos cruzado con ella y los momentos que hemos vivido los tres junto a nuestra familia saharaui, aunque Esterita y Elenita tienen que seguir entrenando para poder competir a un buen nivel en el futuro en las partidas de dominó.

Este viaje nos ha servido para conocer a personas de diversos puntos de la geografía española y que, llenos de ilusión y con pequeños proyectos aportan su pequeño granito de arena a la causa saharaui.  Pequeños proyectos como el de las extremeñas Olga y Saioa , con su proyecto "Melfas para un sueño", con el que consiguen dar trabajo a mujeres saharauis a través de la costura de melfas, que luego se encargan ellas de repartir por toda España y a otros países como México.

MELFAS PARA UN SUEÑO

Proyectos como el que nos contaron en el viaje de ida los jóvenes madrileños Carlota y Javier, que con su Plataforma Saguía el Hamra y la fotografía, consiguen que los jóvenes saharauis cuenten sus historias y la de su pueblo para que sean escuchados.

PLATAFORMA SAGUÍA EL HAMRA

También coincidimos con estudiantes universitarias de Trabajo Social de Talavera de la Reina, con la que también compartimos momentos a lo largo de la semana.

También nos ha servido este viaje para llevar a cabo una serie de visitas que nos han hecho plantearnos una serie de ideas que tenemos que dar forma para poder llevarlas a cabo en el futuro en próximos viajes a los campamentos de refugiados saharauis. Fuimos al dispensario médico, para conocer la organización y el registro que llevan a cabo de los niños que nacen en los campamentos saharauis, las revisiones médicas y talleres médicos que llevan a cabo y el inventario del que disponen de medicamentos, así como conocer las distintas necesidades que nos dio a conocer Ali, que trabaja como gerente junto con otras mujeres en el dispensario médico.

Otra visita que llevamos a cabo fue al Colegio 8 de marzo, para tener una toma de contacto de nuevo con los docentes saharauis que trabajan en dicho centro y poder compartir una serie de impresiones e inquietudes, a la vez que fuimos pasando por las distintas clases del centro educativo.

También visitamos la escuela Olof Palm, el taller de cerámica donde trabajan mujeres saharauis y la exposición de arte que tiene allí el pintor saharaui Maddi, que a través de sus pinturas expresa su arte y la lucha del pueblo saharaui.

Pero, sobre todo, el viaje nos ha servido para disfrutar de nuevo y pasar tiempo en casa con nuestra familia saharaui y vivir de nuevo su realidad diaria, las inquietudes y dificultades de los más jóvenes que a pesar de su formación académica carecen de oportunidades laborales en los campamentos y la desesperación que ello les ocasiona, al no poder trabajar ni poder salir de los campamentos. Momentos de charlas, de compartir inquietudes, sueños, miedos, las cabras, risas, té, candra, henna, bailes, jugar al dominó, a las cartas, cocinar o jugar con los niños hacen que los días se aprovechen al máximo pero a la vez con la sensación de que el tiempo pasa rápido.

Desde aquí, quiero dar las gracias sobre todo a nuestra familia saharaui por la acogida que siempre nos ofrece. A Dada, Mahmud, Bumrah, Salku, Mohamed Lamin, Mohammed, Abderraman y a toda la familia de Betura por el trato que nos dan cada vez que vamos, siempre diré que tenemos a la mejor familia saharaui, son únicos y especiales y ha sido un placer compartir esta semana de nuevo con vosotros. ¡Shuckran!

Espero que nos podamos ver pronto y hay que seguir luchando  a favor de la causa saharaui, frente al silencio existente de la comunidad internacional, y seguir dando pasos para que podamos ver un Sáhara libre e independiente, que la gente sepa y conozca las condiciones extremas en las que viven los saharauis en la Hamada argelina y que, de una de vez por todas, los saharauis puedan vivir y conocer por fin su tierra y dejar de estar condenados a vivir en estos campamentos de refugiados, en los que llevan viviendo ya 43 años.

Quiero terminar esta entrada en mi blog personal con una frase que me encantó y que vi en uno de los cuadros del pintor Maddi y que dice así : " Nada se ha perdido mientras se siga caminando".

                                                           ¡Sigamos caminando...! 

                                                                  ¡Sáhara libre!